El misterio del faro de las Islas Flannan: los hombres que se tragó el mar

 

Existen lugares en el mundo donde la soledad y la fuerza de la naturaleza imponen un respeto casi sagrado. El faro de las islas Flannan, en un remoto peñasco azotado por el Atlántico Norte, es uno de ellos. En diciembre de 1900, este lugar se convirtió en el escenario de uno de los misterios marítimos más perdurables: la desaparición inexplicable de sus tres fareros.

 

El silencio que recibió al Hesperus

 

Cuando el barco de relevo, el Hesperus, llegó a la isla Eilean Mor, fue recibido por un silencio inquietante. La bandera no ondeaba en el mástil y, lo más alarmante, la luz del faro llevaba varios días apagada. El capitán del barco intentó hacer sonar la sirena y lanzar una bengala, pero no hubo respuesta. Un equipo de rescate desembarcó, encontrándose con una atmósfera de abandono total.

 

Una escena de vida interrumpida

 

Dentro del faro, la extrañeza no hizo más que aumentar. Las camas estaban deshechas y el reloj de la pared, detenido. Sobre la mesa de la cocina había una comida a medio terminar, y una silla estaba volcada, como si alguien se hubiera levantado de repente. Todo estaba en un orden casi perfecto, pero sin rastro de los tres hombres: James Ducat, Thomas Marshall y Donald MacArthur.

La investigación encontró el cuaderno de bitácora del faro. En sus páginas, el farero principal había registrado el paso de una tormenta de una violencia inusitada, con vientos como nunca antes había visto. La última entrada, sin embargo, era aún más desconcertante. Escrita con una caligrafía serena, decía: «Tormenta terminada. Mar en calma. Dios está sobre todo».

 

La teoría de la ola monstruosa

 

Las pistas en el exterior del faro parecían contar una historia más violenta. Faltaba un juego de impermeables, lo que sugería que uno de los hombres había salido al exterior a toda prisa sin tiempo para ponérselo. En el embarcadero, una grúa utilizada para subir suministros desde el mar estaba severamente dañada, con sus cuerdas retorcidas y rotas.

La explicación más aceptada sugiere que, durante una pausa en la tormenta, dos de los fareros salieron para asegurar el equipo del embarcadero. Una ola gigante e imprevista, un fenómeno conocido en estas aguas, los habría barrido del acantilado. El tercer hombre, al ver lo ocurrido desde el faro, habría corrido en su ayuda, siendo arrastrado también por la furia del mar.

A pesar de la lógica de esta teoría, nunca se encontró rastro alguno de los cuerpos. El misterio de las islas Flannan perdura, una historia sobre la inmensa y a veces terrible fuerza del océano, y sobre tres hombres que se desvanecieron sin dejar más que un silencio eterno.