El Combate Aéreo Imposible: El Caso del Capitán Gorman y el OVNI de Fargo

La historia de la ufología está repleta de relatos desconcertantes, pero pocos son tan detallados y creíbles como el encuentro protagonizado por un piloto de la Guardia Nacional Aérea en los cielos de Dakota del Norte. La noche del 1 de octubre de 1948, el Capitán George F. Gorman, un experimentado piloto de combate, se vio envuelto en una persecución aérea de veintisiete minutos contra un objeto que desafiaba las leyes de la física tal y como las conocía. Su testimonio, corroborado por múltiples testigos, convirtió el incidente de Fargo en uno de los expedientes más estudiados del fenómeno OVNI.

Una Noche Rutinaria

Aquella noche, el Capitán Gorman volaba su caza F-51 Mustang como parte de un vuelo de entrenamiento junto a otros pilotos de la Guardia Nacional Aérea. Al finalizar la misión, mientras sus compañeros aterrizaban en la base aérea de Hector en Fargo, Gorman decidió aprovechar el cielo despejado para acumular más horas de vuelo nocturno. Fue entonces, mientras sobrevolaba un estadio de fútbol iluminado, cuando observó una luz parpadeante debajo de su posición. Su primera reacción fue lógica: asumió que se trataba de la luz trasera de otra aeronave, posiblemente una avioneta Piper Cub que sabía que estaba en la zona.

Sin embargo, al contactar con la torre de control, recibió una respuesta que encendió las alarmas: no había ningún otro tráfico aéreo reportado en su sector, aparte de la mencionada avioneta, que se encontraba a una altitud muy inferior. Intrigado y con la curiosidad de un piloto, Gorman decidió acercarse para identificar la misteriosa luz.

La Danza con lo Desconocido

A medida que reducía la distancia, Gorman se dio cuenta de que no estaba observando una aeronave convencional. Se trataba de un objeto luminoso, sin una forma definida, de unos 10 metros de diámetro, que parecía flotar casi estático en el aire. En el momento en que intentó una aproximación directa, el objeto reaccionó con una aceleración fulminante, elevándose verticalmente a una velocidad imposible para cualquier avión de la época.

Así comenzó lo que solo puede describirse como un «combate aéreo». Durante casi media hora, Gorman persiguió al objeto en una danza frenética a través del cielo nocturno. El OVNI realizaba maniobras inverosímiles: giros cerrados, cambios de dirección instantáneos y ascensos vertiginosos que el F-51 Mustang apenas podía intentar seguir. En el momento más tenso del encuentro, el objeto se lanzó directamente contra su avión, obligando a Gorman a realizar una maniobra evasiva tan brusca que las altas fuerzas G casi le hicieron perder el conocimiento.

Testigos y el Expediente Oficial

Finalmente, con el combustible de su caza en niveles críticos y visiblemente alterado por la experiencia, Gorman abandonó la persecución y aterrizó en la base aérea. Para su sorpresa, no era el único que había presenciado el evento. En la pista le esperaban el piloto de la avioneta Piper Cub y su pasajero, el controlador aéreo de la torre de control y varios mecánicos; todos ellos habían sido testigos de la extraña persecución aérea desde tierra.

El incidente fue tomado con suma seriedad y se convirtió en uno de los primeros casos investigados por el «Proyecto Sign», el primer grupo de estudio oficial de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos sobre los OVNIs. Los testimonios de los testigos en tierra coincidían: habían observado un objeto luminoso que ejecutaba movimientos inteligentes y controlados, desafiando las leyes de la gravedad y superando con creces la capacidad de maniobra del F-51 de Gorman.

Aunque las conclusiones oficiales intentaron atribuir el avistamiento a un globo meteorológico iluminado, la versión del Capitán Gorman y la corroboración de múltiples testigos han cimentado este caso como uno de los encuentros más sólidos y desconcertantes de la era moderna. El objeto desapareció tan rápido como apareció, dejando tras de sí un expediente abierto y la pregunta eterna sobre qué sobrevoló los cielos de Fargo aquella noche de 1948.